La niña de la foto está participando en una manifestación multitudinaria en Roma (Italia) en memoria de las víctimas de la masacre de Beslan (Rusia).
Países lejanos, diferentes lenguas, distintas culturas... No obstante, el símbolo es común y su lenguaje universal.
Es imposible aceptar, y menos aún comprender, tanta tragedia e inhumanidad. Lo que sí tiene sentido es contemplar en silencio una llama de esperanza.
Foto: Reuters
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