16.10.06

Abingdon


Aprovechando nuestra estancia en Inglaterra como delegados a la Conferencia Europea de Godly Play, Raúl García y yo fuimos al pueblo de Abingdon, cerca de Oxford, para visitar allí una sala especial. Esta sala de Godly Play pretende ser un modelo referente para la zona. Recibe visitas de grupos de niños y sus profesores, tanto de centros de enseñanza como de iglesias, además de proporcionar un espacio ideal para la formación de educadores que desean conocer más a fondo el método.

La sala es una de las instalaciones de la Iglesia Metodista Trinity de Abingdon. Sin embargo, es administrada por la Diócesis Anglicana de Oxford como parte de una colaboración interdenominacional en el condado de Oxfordshire.

Jenny Hyson, actual asesora diocesana de la obra entre niños y responsable del desarrollo de Godly Play en la diócesis, nos buscó en la estación de Oxford y amablemente nos llevó a Abingdon para mostrarnos la sala. Además, Jenny es una colaboradora voluntaria con una ONG llamada SeeSaw (Balancín), que se dedica a ayudar a niños que hayan sufrido la pérdida de un familiar. Pronto, ella trabajará a tiempo parcial para esa organización, sin dejar de dedicar tiempo también a la extensión y consolidación de Godly Play. Mientras que nos sentábamos en el suelo de la sala, se desarrolló una muy interesante conversación entre Jenny y Raúl García (psiquiatra infantil) sobre las técnicas que se usan para ayudar a niños que sufren dolor por la muerte de un ser querido.

La sala de Godly Play en Abingdon es muy acogedora y, nada más entrar en ella, te das cuenta de que es en un lugar especial y sagrado. Aunque se trata de un espacio más bien pequeño, todo ha sido cuidadosamente diseñado para aprovechar al máximo la forma irregular de la sala, sin dar un aspecto de abarrotamiento. Al contrario, impacta la sencillez, el orden y la sensación de espacio en ella. He aquí unas fotografías de la habitación, y de sus muebles y materiales.



Ojalá que pronto tengamos en España una red de salas modelo de Godly Play, parecidas a la de Abingdon en Inglaterra.
David Pritchard

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