28.7.04
La 'diversión' profunda, el meollo de Godly Play
¿Qué es Godly Play?
Godly Play es el nombre que su fundador, Jerome Berryman, ha dado a su particular interpretación de la enseñanza religiosa montessoriana. Se trata de un enfoque imaginativo al trabajo con niños, método que apoya, desafía, nutre y guía la búsqueda espiritual de los pequeños. Tiene que ver más con el concepto de dirección espiritual que con lo que se considera generalmente como educación religiosa.
Godly Play supone que los niños ya tienen alguna experiencia del misterio de la presencia de Dios en sus vidas, pero que les falta el lenguaje, el permiso y la comprensión para expresar y disfrutarlo en nuestra cultura. A través de Godly Play, entramos en las parábolas, el silencio, las historias sagradas y la liturgia religiosa con el propósito de descubrir a Dios, a nosotros mismos, a los demás y el mundo que nos rodea.
En Godly Play, preparamos un entorno especial para que las niñas y los niños trabajen con sus guías adultos. Dos educadores dirigen la sesión, dándoles tiempo para que los niños:
• entren en la sala y sean bien recibidos
• se preparen para la presentación
• observen y participen en una presentación basada en una parábola, historia sagrada o acción litúrgica
• respondan a la presentación por medio de la reflexión colectiva
• respondan a la presentación (o a cualquier otra inquietud espiritual significativa) a través de su propio trabajo, o bien por medio de la expresión artística o bien por el uso de los materiales de la lección
• preparen y compartan una fiesta
• se despidan y salgan de la sala.
Para ayudarnos a entender bien lo que es Godly Play, debemos considerar lo que no es. En primer lugar, Godly Play no pretende ser un programa infantil completo. Las obras de Navidad, escuelas bíblicas de vacaciones, coros infantiles, organizaciones para niños y jóvenes, campamentos, retiros para padres e hijos, excursiones, proyectos misioneros…, y otros elementos de un ministerio infantil completo y vibrante, son todos importantes y no compiten en absoluto con Godly Play. Lo que añade Godly Play a esa maravillosa mezcla de actividades es en realidad el meollo de la cuestión: el arte de conocer y saber usar el lenguaje del pueblo cristiano para darle sentido a la vida y a la muerte.
Godly Play es diferente de otros muchos métodos del trabajo con niños y la Biblia. Un enfoque popular en dichos métodos es divertirse con la Biblia. Este enfoque se encuentra en muchas actividades que se dirigen a los niños tanto en la escuela dominical y la escuela bíblica de vacaciones, como en otros contextos.
El divertirse superficialmente con las historias y los textos bíblicos está bien hasta cierto punto. Sin embargo, los niños necesitan, además, unas experiencias profundamente respetuosas con las Escrituras si han de conocer el poder de las mismas. Si dejamos fuera este verdadero meollo del asunto, corremos el riesgo de trivializar la manera cristiana de vivir. También echamos en falta el profundo gozo del descubrimiento existencial… ¡en definitiva, una forma de ‘diversión’ que nos mantiene verdaderamente vivos!
(Tomado de: Jerome W. Berryman, The complete guide to Godly Play, vol. 2, pp.5-6)
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